Ayer Nadal volvió a ganar un torneo sobre tierra batida. Fue en Stuttgart ante el suizo Wawrinka, que tuvo todo para complicarle la vida y no lo aprovechó. Nadal no hizo un buen partido, pero es muy superior a sus rivales en esta superficie. Ese plus que tiene le hace ganar partidos incluso jugando mal. Es un gran resultado tras venir de la hierba y mirando las superficies rápidas de Estados Unidos. Ahora a descansar una semana, en Mallorca, antes de volver a la carga. La parte graciosa es que dijo que el coche, un mercedes C350, se lo regalaba a su tío que necesitaba uno. Que él ya tenía el de 2005 que ganó en ese mismo torneo.
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